miércoles, 8 de mayo de 2013

Los frutos extraños en Kindle


Tengo dos frustaciones y tres pasiones: el fútbol, la literatura y el periodismo. A muchos les ha pasado, muy pocos -no recuerdo a nadie en este momento- han logrado cometer las tres cosas juntas. Yo soy un futbolista frustrado, un escritor a punto de rendirse, sin embargo, creo que todavía puedo apostar por el periodismo. De hecho eso es lo que hago para vivir. Y dentro de ese mundo inmenso del periodismo, la crónica es algo que me enamora profundamente. Leerla y escribirla. Percibir y construir. O en mi caso, muchas veces, destruir.


Leila Guerriero, uno de los referentes
de la crónica en Latinoamérica
Este prológo sirve para darle entrada a la pequeña recomendación de esta semana para los amantes de los libros y del periodismo que quieran tener algo en su Kindle- y que sea en español. Pero antes de hablar del libro, quisiera escribir sobre algo que ocurrió esta semana. Uno de mis lectores, pero sobre todo, uno de mis amigos más entrañables, el doctor Antonio Carlos Toro me escribió de dónde podía conseguir el libro que había recomendado la semana pasada, Las Armas Secretas de Cortázar. Yo, ingenuamente, respondí que en Amazon, como todo el mundo. Resulta que no lo podía bajar de allí y cuando lo envié al Amazon de España, no lo dejó porque evidentemente su IP llevaba la bandera colombiana y no la española. Esto, por supuesto, me puso a pensar varias cosas sobre la recomendación de los libros, pero sobre todo, de las limitaciones que tiene este aparato. Restricciones que creo valen una reflexión más profunda que un párrafo -y que serán parte de la nueva entrada de la semana entrante y se reciben consejos-. Pero ya hablaremos de ello.

Ahora, a los bifes.

“Frutos Extraños” de Leila Guerriero, es, como bien títula su autora, un libro de varias cosas, que por un acto de magia, se transforma en algo compacto que parece uno sola cosa. Me explico. Frutos extraños es un libro de crónicas que esta periodista argentina, ganadora del premio de Nuevo Periodismo Iberoamericano reunió durante nueve años de trabajo, pero que al final, parece una gran historia. Y aquí viene la razón por la que yo recomiendo ponerlo en el estante virtual: el estilo. Los que nos gusta escribir y especialmente, los que nos gusta escribir crónicas y reportajes de largo aliento, además de darnos en la jeta con las palabras para que cuadren cómo debe ser, tenemos otra pelea, mucho más interna y profunda, en mi concepto: el estilo. Que las cosas se escriban como uno es por dentro, único, irrepetible. Exacto. Y eso lo consiguen muy pocos. Pues bien, Leila Guerriero, a través de este libro, nos muestra su voz en la realidad, su visión de lo preciso, su cristal de la no ficción.


El libro tiene unas 20 crónicas y/o perfiles. Además de otras reflexiones sobre periodismo. De todas esas -aclaro, todas las historias valen la pena leerse- me quedo con cuatro. La primera es René Lavand: el mago de una sola mano. Guerriero, en mi parecer, es una de las mejores perfilistas del español. O sea, es a quien mejor le quedan los perfiles. Caparrós es un gran ambientador y sobre todo, observador infalible. Meneses, el chileno, es capaz de contar la historia de un clavo y hacerla una historia digna de abrir un periódico. Salcedo Ramos, como ya lo dije acá, hace fantasía con las palabras. Guerriero crea estatuas de mármol con sus textos. Sus perfiles son los que permanecerán en pie después de los terremotos. Y este es uno de esos casos. Esta es la historia, imposible, de un mago de una sola mano, el argentino René Lavand. El relato es sobre la visita a su casa. Solo eso y solo eso necesita para dibujarnos a este hombre. Lo hace con atrevimiento, describiendo como solo ella sabe describir, el ambiente que hace el personaje un ser humano. No le da pudor que el tipo haya perdido la mano en un accidente de infancia. Me parece en algunos rastros del texto, que ni siquiera siente lástima ni admiración. Simplemente lo ve y lo describe. Y lo investiga ¿Cómo logra ese texto enorme? Pues bien, ahí es donde se nota el estilo, como ubica sin desperdiciar una sola letra, cada palabra en su preciso lugar. 

Todo parece ficción. Y no lo es.

El segundo texto, que le mereció el Premio del Nuevo Periodismo, es la Voz de tus huesos. Guerriero no regala un adjetivo que no merezca su lugar y por lo general ocurre en el primer párrafo donde esa oficina gris en el barrio de Once necesita que las cosas tengan alma. El resto es una descripción quirúrgica de un horror que a nosotros los colombianos nos puede sonar familiar: el trabajo del equipo de antropología forense argentino que se encarga del recnocimiento de muchas de las víctimas de la dictadura que dirigió con sangre a la Argentina desde 1976 hasta 1983. Es una crónica perfecta: empieza donde debe comenzar y termina de la misma forma. Nada sobra, nada esta mal puesto, no hay una descripción de aire, no hay una sentencia que no deba ser citada. Y eso en periodismo, en narrativa, es como un 10 en gimnasia, un hoyo en uno que se repite párrafo tras párrafo. 

Jorge Busseto, el clon de Mercury
Las otras  dos historias recomendadas son un perfil -como no- y otra crónica. La primera es una de los perfiles de Guerriero más replicados o al menos, el más visible. Yo recuerdo que lo leí en Soho, hace ya muchos años: El clon de Freddie Mercury. Es tal vez la nota donde hay más humor en las notas de Guerriero, sobre todo -y esto es un valor de la narradora- el personaje principal, Jorge Busseto, es un personaje. La nota que va casi al extremo del ridículo de cuenta de este hombre que literalmente parece el clon del gran Freddie Mercury y que ha convertido su vida en eso, en dar conciertos que recuerdan a la banda inglesa y a su líder. Aquí el talento de Guerriero no es la precisión, es la observación y la transformación de eso en un perfil. Busseto es un hombre que está casi al borde del delirio y eso se percibe tras cada párrafo. Por eso, tal vez, este texto sea uno de los más conocidos de la argentina. Y es una delicia.

La crónica es Lazos de sangre. La historia es cómo una mujer se entera, de la noche a la mañana, que no es hija de su padre, un militar retirado, sino de uno de los 30 mil desaparecidos durante la dictadura. Guerriero, que bien podía enfocar la historia en ella, en la mujer que desorientada y sin identidad, recurre y apuesta al doble: cuenta la historia de cómo vive este proceso su nueva familía, su abuela nueva, sus tíos nuevos, sus primos, que son de otro mundo al que la mujer perteneció durante su crianza. Hay que tener pantalones para que en un relato uno quede con la sensación de que la victíma es la mala del paseo, sin emitir el menor juicio posible. Pues bien, eso ocurre. Pero mejor no les cuento el cuento y los dejo para que lo lean. 

Si siguen leyendo, escriban hombre. La próxima semana prometo que les cuento cómo es que funciona este incipiente mundo de los e-books en español o e-libros o libr@s, que es más complicado que comprar y esperar que se descarguen. 

Nos seguimos leyendo!!!


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