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Hay un instante en esta nueva versión del Capitán América en que todas las mujeres dejan de respirar. En la sala de estrenos de los estudios Paramount, en el corazón de Los Ángeles, mientras abren la capsula donde Chris Evans ha sido sometido al suero del super-soldado se escucha, por un par de segundos, un suspiro femenino unánime. Evans es puro cuerpo torneado y cara de niño grande con ojos profundos. Hay damas que, en la oscuridad de la sala, se quitan las gafas 3D para confirmar si es cierto lo que están viendo en la pantalla de cine.
Dos días después, en el hotel FourSeasons, Evans aparece en la habitación donde lo espera El Mercurio para conversar sobre su nueva película, “Capitán América, El Primer Vengador”, que estará en los cines del país desde este 22 de julio. Sí, después de dos horas diarias de trabajo en el gimnasio durante tres meses, Evans puede afirmar que consiguió el objetivo de convertirse en el superhéroe de América, que durante los años de la Segunda Guerra Mundial fue uno de los cómics más leídos en Estados Unidos.
Pero en la película también hay una versión bastante más esmirriada y delgada de su personaje: Steve Rogers, un famélico soldado que aspira a convertirse en héroe frente a la mirada burlona de sus comandantes antes de ser elegido para el experimento que lo convertirá en el ‘super-soldado’ “Yo también era un niño muy delgado, pesaba 60 kilos hasta los 17 años, así que sé que se siente ser un hombre pequeño. Y ese fue uno de mis principales objetivos al interpretar a Steve Rogers, que a pesar del cambio en su apariencia física se mantuviera su esencia, que es la de una persona que hace el bien sólo porque es lo que hay que hacer. Quise que la gente tuviera la misma conexión al final de la película con el Cap –como lo apoda con cariño- que la que tienen cuando lo ven delgado, pequeño y vulnerable”, dice el actor.
Sin embargo esa versión escuálida del Capitán América ha generado algunas reacciones adversas entre los críticos, quienes consideran que se abusó un poco del uso de los CGI (gráficos generados por computadora, por sus siglas en inglés) para rebajarle unos kilos al cuerpo de Evans. “No creo que sea algo criticable. Era una elección entre perder peso o ganar peso para la película y, aunque hubiera hecho todo eso de perder peso y luego dedicar seis meses a engordarlos para seguir con el rodaje, no hubiera sido suficiente: no sólo fue el peso, también me redujeron el tamaño de la mandíbula y de los hombros, mucho más de lo que yo hubiera logrado naturalmente. Pero yo quería involucrarme físicamente en el personaje, y si eso significó ensancharse… pues me ensanché. Me tocó trabajar mucho para tonificar mis músculos y llegar a lo que se ve en la película, así que creo que eso también tiene un valor especial que no lo iban a dar los CGI”.
Evans insiste en que, más allá de su transformación, trabajó en la sustancia del personaje, que se nutrió en parte del espíritu patriótico que se respiraba en Estados Unidos cuando empezaba la Segunda Guerra. De hecho, cuando apareció por primera vez en 1941, el personaje del “Cap” salía dándole un puñetazo a Adolf Hitler en la portada del cómic. “Yo creo que lo importante era mostrar que es un personaje que quiere hacer las cosas bien porque sí.¿Cuántas personas conoces que hagan las cosas bien sólo porque hay que hacerlas bien y no porque alguien los ve, por guardar las apariencias o porque creen que así se irán al cielo y no al infierno? Es interesante entender qué hace que una persona sea así. Yo sigo buscando esa respuesta y apunté a reflejar esa búsqueda de modo dinámico en la película”.
Aunque la historia del Capitán América ha evolucionado en el tiempo, la película toma como entorno la Europa de principios de los años 40, que exigió un poco más de trabajo para la producción. Pero, para traerla a 2011, el patriotismo cambia de tono: se lo contextualiza en la historia, para evitar que se propaganda barata. Esa, al menos, ha sido la intención de los productores. “Yo quedé feliz con el trabajo que se hizo en ese sentido. El equipo que se ocupó de ese tema realmente sabía cómo eran las cosas en ese entonces. De hecho, no hubiera habido ni la menor posibilidad de que yo hubiera participado si ese detalle no estuviera en buenas manos. Creo es que unas de las cosas para mostrar de la película”.
De Celular al capitán América
Evans sabe de superhéroes: antes, fue la Antorcha Humana, protagonista de otro cómic de la casa editora Marvel, “Los Cuatro Fantásticos”, en pantalla en el verano boreal de 2007. Pero sabe que esto es otra cosa. Que durante la década que ha pasado desde su debut cinematográfico con “Not Another Teen Movie” (2001) o su más prominente actuación en “Celular”(2004), sus papeles no han llegado a parecerse a lo que se viene ahora que está como protagonista en una mega producción de Hollywood.
“Cuando escogí el papel tenía dos miedos. El primero era el del compromiso, este personaje es algo que se puede extender por varios años y cinco o seis películas, no me imagino a nadie tomando una decisión que defina sus próximos diez años. Y lo segundo era cómo esta película tiene potencialmente el poder de cambiar mi vida: aunque había hecho dos o tres películas conocidas, todavía podía ir a Disneylandia sin problemas. Perder ese anonimato da bastante susto, pero uno no puede tomar decisiones basándose en el miedo”, reflexiona Evans.
Lo cierto es que después de esta primera entrega en la que el “Cap” es superhéroe exclusivo, vendráel lanzamiento de lo que será sin duda una de los fenómenos de taquilla del año entrante: TheAvengers (Los Vengadores), el film que reúne en una misma producción a lo más selecto del planeta Marvel Comics: Thor, el Hombre Increíble, IronMan y el Capitán América de Evans. El rodaje ya está en marcha y el producto terminado se verá en pantalla en abril de 2012. “Hubiera sido bueno esperar a ver la reacción de la gente con Capitán América antes de comenzar a filmar una suerte de secuela, pero tampoco está mal la continuidad. Después de todo, es el mismo personaje y lo increíble de Los Vengadores es que ya ves la reacción de la gente mucho antes de que salga la película, los fanáticos están pendientes y expectantes y esa reacción es sorprendente”.
Junto a Evans estarán Samuel L. Jackson, Scarlett Johansson, Mark Ruffalo y quien más ha inspirado al actor para seguir construyendo a su super-soldado: el gran Robert Downey Jr., quien interpreta al narcisista Tony Stark. Así describe Evans la experiencia: “Es increíble trabajar con un tipo así. Realmente, cuando entras al set te das cuenta de que él es una estrella. Lo sentís. Y además es un tipo que te apoya cuando estás trabajando. Cuando filmaba escenas con él estaba nervioso, pero el tipo venía y te hacía una broma, una cosa de menor importancia, pero que servía para quitarse los nervios. Increíble. No tengo palabras para hablar de su carisma”.
Aunque se prometen varias secuelas más (dos al menos, y la versión de Los Vengadores), Evans sabe que tiene que tomar las cosas con calma para darle el verdadero sentido a su búsqueda como actor y no creerse el cuento de ser estrella. “Soy un actor, estoy lleno de inseguridades”, bromea y se ríe. “No, hablando en serio… crecí con una madre bastante firme y eso con el tiempo me ayudado a mantenerme bien, a ser paciente, a tener un discurso racional y mantener los pies en la tierra. Aunque en términos de mi carrera, sufro cada decisión: tengo una mala audición y ya me cuestiono el hecho de haber elegido ser actor. Pero la mayoría de los actores somos así, un manojo de inseguridades”. Incluso aquellos que le ponen el cuerpo a un superhéroe.
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